lunes, 23 de noviembre de 2009


Apreté las manos sobre su cara una vez más y retiré el escudo de mi mente para dejarme ir de nuevo hasta los nítidos recuerdos de la primera noche de esta vida nueva,demorándome en los detalles.
Reía sin aliento cuando la urgencia de su beso interrumpio otra vez mis esfuerzos.
-Maldita sea-refunfuñó mientras me besaba con ansias por debajo de la barbilla.
-Tenemos todo el tiempo del mundo para perfeccionarlo,le recordé
-Por siempre y para siempre jamás,murmuró
-Eso me suena a gloria
Y entonces continuamos apurando con alegría esa pequeña pero perfecta fraccion de nuestra eternidad.

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